Cortinas patchwork de telas estampadas a partir de extracción de pigmentos propios de algunas plantas del bosque patagónico y retazos de lienzos teñidos a partir de pigmentos donados por una tintorería industrial de Buenos Aires quebrada durante el 2018.

No es la primera vez que hago piezas textiles con la técnica de retazos coreana jogakpo pero si es la primera vez que usé los estampados botánicos para experimentar con esta técinica. Fue un proceso lento en el que me quedaba días mirando combinaciones de colores, líneas y rectángulos, observando la luz y las sombras. Sentí culpa por tardar tanto, reflexioné sobre la sansación de estar perseguida por esa ansiedad productiva que no me dejaba disfrutar el proceso. Pero qué es disfrutar el proceso? Pasaron semanas, uní piezas más grandes y la obra tomó autonomía. Es curioso todo lo que queda grabado en la obra, todo lo que en secreto se puede llegar a ver.

Fue sin dudas una gran temporada primavera-verano en la que disfruté al máximo practicar las herencias culturales de mi madre y en los que me obsesioné con ejercicios de composición textiles de línea y color.