Finalizando la temporada de verano había recolectado varias hojas de distintas plantas. Algunas tienen la propiedad de conservarse por un tiempo más prolongado pero otras necesitan de mayor cuidado. Por ejemplo, las hojas de frambuesas suelen marchitarse muy pronto por lo que prefiero clasificarlas y guardarlas en bolsas dentro del refrigerador.

Tanto el tiempo de recolección como el de clasificar las plantas es mucho, a veces no me doy cuenta el largo proceso que implica teñir o estampar con esta técnica. Esto quiere decir que el día que decido desplegar mi colección botánica es un día especial, tengo que tener listas las herramientas para teñir y haber previamente mordentado todas las telas donde voy a probar los estampados. Revelar colores botánicos es una declaración de principios acerca del tiempo.

Durante el proceso donde las telas se disponen en una gran olla al vapor esperando si el castaño, la rosa, el eucalipto, el arce, el trébol se revelan primitivamente sobre las telas de algodón surge un sentimiento de ansiedad, esa ansiedad que flota inconsciente entre aromas y esencias del bosque dentro del hogar se vuelve un mantra de expectativas y deseos frente a algo que puede no ser satisfactorio. Temporadas, meses, semanas, días en los que dedique parte de mi vida a algo que puede no dar el resultado esperado es una gran instancia de paciencia. Me pregunto si todas esas etapas se verán reflejadas en algo al que le pueda dar un final. ¿Qué significa todo este tiempo invertido? 

La impresión botánica, el método químico para transferir pigmento de algunas hojas o flores es una técnica contemporánea. Hoy hay tintoreros y tintoreras naturales por todo el mundo investigando de forma artesanal y con increíble dedicación a conseguir los resultados mas nítidos y variados. Se destacan aquellos que viven en zonas más templadas donde hay más variedad de plantas para experimentar.

Una vez que se desarrolla la habilidad alquímica para poder transferir con definición la mayor cantidad de plantas sobre el mismo lienzo la mayoría tiende a estampar grandes extensiones de tela pues se obtiene una súbita alegría sobre los logros alcanzados después de tantas pruebas. Parece magia.

En la zona patagónica hay algunas plantas como el notro que poseen propiedades tinctóreas pero que no resultan especificamente nítidas, sin embargo dejan un rastro de burbujas de ácido con contornos negros sobre algunos destellos verdes que me resultan interesantes y particulares. Me propuse seguir estudiando y jugando con plantas nativas.